jueves, 8 de julio de 2010

Reflexión Electoral

Estimad@s tod@s:



Espero se encuentren todos bien. Después de la jornada electoral del pasado domingo quisiera compartir con ustedes algunas reflexiones mismas que seguramente ya han hecho ustedes mismos y con los compañeros.


La primera conclusión evidente y de la que todo mundo habla es la eficacia electoral de las coaliciones. Por primera vez en la historia electoral de México se intentan y funcionan bajo condiciones muy específicas: candidatos con arraigo en sus estados, ciudadanos cansados del PRI y propuestas de campaña que generaron confianza. Las alianzas dieron para ganar Puebla, Oaxaca y Sinaloa, y generaron una votación sin precedentes en Hidalgo, Veracruz y Durango. Sin duda, el reto siguiente es el de de conformar una agenda legislativa y de gobierno que responda a las expectativas de cambio, bienestar y desarrollo de los ciudadanos en los estados en que ganó la coalición. De lo contrario, el éxito electoral y la esperanza generada por los candidatos se puede transformar fácilmente en un triste desencanto y generar nuevamente apatía y escasa participación en procesos venideros.



La segunda reflexión tiene que ver precisamente con la participación de la ciudadanía, tanto en los estados en los que ganó la coalición PAN – PRD – PANAL como en los estados que perdimos, la participación fue alta, si no me equivoco, en todos los casos superó el 50% del padrón de electores. Lo que significa que cuando la gente vota, las maquinarias no ganan. Los movilizados no alcanzan para decidir una elección cuando hay buenos candidatos que generen confianza y hacen que los electores libres salgan a votar.



La tercera conclusión es el hecho de que el PRI no tuvo “carro completo”. Hasta antes del 4 de julio, estaba prácticamente instalada en la mente de muchos (comunicadores y ciudadanos), incluso panistas, la idea de que el PRI era imparable rumbo a la elección federal del 2012. Los resultados electorales del pasado domingo desbancaron esa idea y lo que es mejor, hicieron posible el regreso de la incertidumbre (cualquiera puede ganar) característica de cualquier democracia sólida al terreno electoral mexicano. La alternancia en 3 estados que jamás habían sido gobernados por un partido distinto al PRI (Puebla, Oaxaca y Sinaloa) son un buen síntoma de nuestra democracia porque como resultado de ella está los gobiernos se esforzarán por hacer un buen trabajo. El pueblo de esos estados decidió “castigar a los malos gobiernos” y eso puede aplicarse de nuevo para cualquiera. Eso es en sí mismo, un logro.



En cuanto al PAN y sus candidatos (panistas) vale la pena decir que hay un reposicionamiento en ciudades importantes y emblemáticas: Puebla y Oaxaca capitales, Río Bravo y Tampico; Veracruz Puerto; Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de las Casas; Mazatlán; por mencionar algunos. Lo ganado en términos de población gobernada con Oaxaca, Puebla y Sinaloa suma alrededor de 9 millones de mexicanos contra 3.5 millones de los estados que desafortunadamente perdimos (Tlaxcala, Aguascalientes y Baja California).



En mi opinión los gobiernos emanados de las coaliciones serán gobiernos de transición. Fue la única manera para que en más de 80 años se pudiera romper la inercia de gobierno único en esos estados. El trabajo interno de formación de liderazgos propios, atractivos y competitivos que puedan ser candidatos en futuras elecciones, es una tarea impostergable y que depende únicamente de nosotros. El trabajar bajo una agenda ciudadana de temas relevantes para la gente y el ser cercanos no sólo en el discurso sino en la realidad empezando con vivir como los demás ciudadanos y al servicio de ellos, sólo es tarea de nosotros y nadie nos la va a venir hacer.



En suma, el futuro está en nuestras manos.

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